miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿AÑO NUEVO, VIDA NUEVA?

A punto de finalizar 2010, nos empezamos a dar cuenta de todas las cosas que nos ha dejado este año en cuanto al apartado futbolístico, que es lo que aquí nos importa, se refiere. Y recordamos, seguro, la consumación del sextete del Barça, el Atlético Supercampeón triunfando de nuevo en Europa, el fracaso del Madrid de Pellegrini, la polémica entre ‘Ibra’ y Pep, la llegada de ‘Mou’ y de las ‘mourinhadas’, la ‘manita’, aún tan reciente, la esperanza de que de nuevo un español se alce con un Balón de Oro (esta vez tiene que ser sí o sí), el gol de Iniesta en los últimos momentos de la prórroga en la final del Mundial de Sudáfrica, haciendo que Dani Jarque sea también eterno. La Copa del Mundo, señores…

Y a partir de este punto, sobre todo en el caso de aquellos a los que no les fue tan bien, siempre suele surgir la famosa frase ‘Año nuevo, vida nueva’. Y yo me pregunto, ¿realmente será esto así? ¿Tiene el Barça mala pinta? ¿Hay algo que nos haga creer, por el momento, que la liga no está dividida en tres niveles, a saber, el de los culés, el del Madrid y el del resto (ojo, todo ello desde mi más esperanzador deseo madridista de cambio)? Y, por último, ¿podemos pensar que, por una vez, en nuestra competición liguera imperará la razón y el más puro sentido de la lógica? Porque no voy a dedicarme a hacer un repaso exhaustivo de todo lo que este 2010 nos ha dejado, sino que hoy me toca hacer crítica. Una crítica al futuro. Y es que no puede ser que todos los años haya problemas con el calendario. Por una cosa u otra. Por lo que sea. Y no puede ser que estos problemas sólo los tengamos en España.

Y es que también en 2010, aunque ya no lo recordemos, hubo problemas justo antes del inicio del Mundial. Forlán casi no juega la final de Copa frente al Sevilla. Y todo porque la Federación situó el día de dicha final dentro de las fechas en las que los seleccionadores ya podían convocar a sus jugadores. Y Uruguay lo hizo. El problema sólo estuvo con Forlán. No con Lugano, ni con Muslera, ni con Cavani, ni Luís Suárez. No con ninguno que jugara fuera de nuestro país.

Ahora surge el problema por la AFE, que en los últimos tiempos, y desde la llegada a la presidencia de dicho organismo del ex-jugador del Levante y del Málaga, entre otros, Luís Rubiales, se ha movido bastante para que los futbolistas puedan alzar la voz. El problema con la Asociación de Futbolistas es que realmente no representa a todo el colectivo. Porque no me digan que a Cristiano Ronaldo o a Dani Alves o al ‘Kun’ les importa mucho que cualquier jugador de Segunda B o Tercera no cobre y no tenga para dar de comer a sus hijos. Eso es así.

Pues bien, como decía, el problema surge con la AFE porque, de nuevo en su afán por protestar por este tipo de situaciones, ha amenazado con convocar una huelga para el próximo 2 de enero. No es la primera vez que lo hace, sólo que hasta ahora siempre se había llegado a una solución.

Quiero dejar totalmente claro que, evidentemente, apoyo las reivindicaciones de ese colectivo de futbolistas, que hacen lo que cualquier trabajador haría: pedir garantías al organismo que regula nuestra competición liguera. Garantías de cobro. Garantías de que pueden ganarse la vida con su trabajo. Entonces, ¿qué es lo que ocurre? Pues que, como hemos dicho antes, evidentemente si se convoca una huelga porque los jugadores no cobran, no tiene sentido que los que sí cobran, y a espuertas, ejerzan ese derecho a huelga. Y claro, si todos no lo hacen, no tiene mucho sentido. Por eso surge la razón oficial de la huelga, y ahora resulta que es que el día 2 de enero es un día de vacaciones, y la AFE protesta porque ese día no se debería trabajar. Y yo digo, ¿es que acaso no va a haber ese mismo día gente trabajando en los hospitales, o en los metros, o en los autobuses, o en los bares? Esa razón no cuela. Y como no cuela, la huelga tampoco.

Y finalmente entra a escena el organismo de la Liga de Fútbol Profesional, y para que al chiste no le falte ‘chicha’ dicen que si los futbolistas no juegan el día 2, que no sólo se suspende la liga ese día, sino la jornada entera. Y que esta jornada no es que se aplace, sino que se juega en la fecha en la que estaba prevista la siguiente, y así el resto. Es decir, señores, que si se compraron allá por septiembre un calendario de la liga, con todas las fechas y las casillitas para anotar los resultados, ya pueden ir tirándolo. Y si ustedes habían comprado una entrada para asistir a un determinado partido y no pueden hacerlo en la nueva fecha que se le va a asignar (el fin de semana posterior al que en el calendario oficial se había programado), se aguantan y la tiran también.

Hay quien apuntaba una posible solución: ¿Y por qué no se juega la jornada completa el lunes? Y es entonces cuando entra a escena el tercero en cuestión, y así completamos la Santísima Trinidad del fútbol español: la AFE, la LFP, y por supuesto, las televisiones. Éstas sí que son las que mandan, y evidentemente para ellas esta posible solución es inviable.

Esto es, que los futbolistas que no cobran van a seguir sin hacerlo, por el momento, y que encima sale también perjudicado el mismo de siempre: el aficionado. Y perdonen si mi tono ha sido agresivo y/o sobrado de ironía en algunos momentos, pero es que esto es así, la casa de los líos. Que todo sigue igual, que aquí nada cambia. Que somos los últimos en empezar y en acabar. Y pese a todo ello somos campeones de Europa y del Mundo. Que los de arriba aprendan de los de abajo, los que se manchan las botas. Y sobre todo del que no cobra, y pese a ello sigue acudiendo a los estadios, haya crisis o no, pero sobre todo si le dejan: el hincha.

Como a nosotros aquí, en ‘Fútbol de toque’, lo que nos gusta es el fútbol puro, esperamos que haya liga el próximo 2 de enero, pero si no, a vivir con ello, que, como digo, estamos acostumbrados después de tanto tiempo. Un saludo amigos futboleros.

Manuel A. Ibáñez

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